En mi nueva libreta, comprada en el día de ayer ante la abrumadora necesidad de plasmar en un papel los gritos atronadores que poblaban todos los recovecos de mi cabeza y de mi corazón; en mi nueva libreta, pequeña y cuadrada, de no más de 10x10 centímetros, de espiral y papel grueso de un ligero tono beige; en mi nueva libreta, adquirida en un museo del sur de España, en mi nueva libreta, digo, he apuntado unos cuantos pensamientos cruzados, laterales, por primera vez pensados o repensados mil veces, copiados o propios, interpretados, reinterpretados, absurdos, audaces, obvios, perugrolladas o quizás no tanto. En mi nueva libreta, digo, apunté ayer unas cosas que me rebotaban en la cabeza haciéndome daño y que no me veo, o más bien no me siento, capaz de redactar en un largo y articulado texto relatando los acontecimientos de los últimos días.
Recalco lo de mi libreta nueva porque no soy mujer de comprar zapatos en demasía, mi fondo de armario es más bien la superficie del mismo y creo que he adquirido de motu propio un total de 2 lápices de labios en mis treinta y dos añitos de vida y, sin embargo, tengo una historia con las libretas y el material de papelería que roza la enfermedad.
Encuentro excitante las libretas en blanco, el olor del papel nuevo, la sensación de comenzar algo. Confieso que tengo un montón de libretas y cuadernos, todos empezados, unos mediados, los más, terminados del todo. Libretas y cuadernos llenos de pensamientos furtivos, reflexiones puntuales que con el tiempo adquieren el estatus o bien, de momentáneos lapsos de luz y sabiduría, o bien, de absolutas gilipolleces. Cosas pensadas y no dichas. Explicaciones de mí misma. Citas, letras de canciones, fragmentos de libros que me han gustado, dibujos, haikus...En ésta, mi nueva libreta, apunté entre otras cosas un grafitti que ví en la zona vieja de la ciudad por la que callejeaba Nuestros sueños no caben en sus urnas.
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In my new notebook, bought yesterday due to my overwhelming need of putting in a piece of blank paper what I had in my head and my heart; in my new notebook, small and square, not larger than 10x10 centimetres, with a spiral and slightly beige colored paper; in my new notebook, which I got in a museum in southern Spain; in my new notebook, I have written down some crossed thoughts, lateral thoughts, newly thought or thought a thousand times before, thoughts of my own or borrowed thoughts, clever thoughts, obviuous and not so.
In my new notebook, I wrote down yesterday some stuff that was bouncing inside my head hurting me and that I can't really put together as a precise account of the last events I've been through.
I insist on my new notebook because I am not a woman who buys too many shoes, nor has too many clothes in the closet and I believe I have bought two lipsticks in my thirty two years of life, however, I have something with notebooks and stationery stuff that borders on sickness.
I find excitement in new notebooks, the smell of white paper, the feeling of starting something new. I confess I have loads of notebooks, some of them started, some others, finished. Notebooks packed with furtive thoughts, specific reflections that as time goes by become momentary lapses of light and wisdom or absolute stupidities. Ideas thought but not said. Quotes, song lyrics, poems, drawings... In this one, my new notebook, I wrote down a grafitti that I saw while wandering around a city in the South of Spain Our dreams do not fit inside their ballot boxes.