Sunday, October 25, 2009

de la importancia de invertir bien el dinero de una o como emborracharse totalmente por la cara

Cuando una viaja, uno de los grandes dolores de cabeza es hacer el equipaje, al menos en mi caso, no me gusta, nunca me ha gustado y creo que nunca me gustara; aunque ,he de decir, que con el tiempo y los ires y venires, una se va haciendo experta en minimizar y economizar en cuanto a peso y volumen. En este viaje consegui batir mi propio record y llevo una mochila que pesa 9 kilosy eso que ha aumentado un kilito en el tiempo que llevo por aqui, creo que como yo, ejem, me pondre al dia.

El caso es que yo, a pesar de ser una gafotas, no cargo conmigo el engorro que supone usar lentillas, botecitos, liquiditos y demas. Cuando me apetece, simplemente me quito las gafas y veo la vida un poquito menos nitida pero bastante de color de rosa. kathrin, una chica alemana que tuve el placer de conocer hace un par de dias en Coles Bay, a la entrada del Freycinet National Park, comparte conmigo el hecho de ser una gafotas pero ella si usa lentillas.

Ayer, tras un fantastico dia caminando por playas desiertas y por el bush nos fuimos a recuperar fuerzas al pub mas cercano. Los pubs australianos son bastante parecidos a los pubs en cualquier otro lugar (diria yo): mesa de billar, musica, una barra llena de bebidas, dos apuestos camareros tatuados (quizas esto no es tan comun en otros lugares) y mayoria aplastante de personajes del sexo masculino (proporcion de 8-1, esto quizas tampoco es tan comun en otros sitios por ejemplo en Madrid). kathrin y yo entramos decididas y nos apostamos en la barra. Tras un par de momentos dubitativos pedimos un par de Hazards Ale, una marca local. Muy rica. Pague la ronda. Bebimos. Hablamos. Dos mas / Two more. La ronda de kathrin. Nos invitan. Nos miramos, sonreimos, damos las gracias al camarero tatuado #1 (somos muy educadas ) y seguimos bebiendo y hablando (no todo a la vez, vamos alternando el hecho de beber con el de la comunicacion, es mucho mas efectiva esta, la comunicacion, si se hace sin la boca llena de liquido y/o solido). Kathrin se me acerca y me confiesa que cuando lleva gafas nunca nadie le habla y que sin embargo un dia como el de ayer en el que llevaba lentillas ya le habian invitado a dos cervezas.

Al ver nuestros vasos vacios de nuevo, el camarero tatuado #1 se nos acerca y nos pregunta Otra mas, chicas?/ Another one, gals? No se a cuantas cervezas nos invito el camarero tatuado #1 (era un numero uno, de verdad!) pero la verdad es que le doy gracias a kathrin por invertir su dinero en comprar unas lentillas y no solo eso, sino por llevarlas consigo a todas partes y usarlas de vez en cuando para sacar a pasear esos maravillosos ojos azules en perfecta combinacion con su melena rubia.

PD: Ser morena pero tener una amiga rubia tambien esta bastante bien. Esta manyana conducir 300 kilometros de resaca no ha sido tan divertido.


Sunday, October 18, 2009

de los gajes de la memoria

Una de las peores cosas que te puede hacer alguien hoy en dia es bloquearte en su cuenta de correo. Dios! Es como decirte a la cara, te detesto, te voy a ignorar (al menos de momento). Me recuerda a esos berrinches (imagino que todo el mundo lo ha hecho) que te pillas con algun ex-amigo/amante y decides que no le volveras a llamar jamas y borras su numero de telefono del movil (como si eso hiciera que se te borrara de la cabeza).

Ultimamente me ando preguntando si cierta persona me ha ignorado de su vida electronica y, por tanto, tambien de su vida off line pues es el unico cordon umbilical que nos unia era el ciber espacio. La curiosidad me mata. Por Ala! Asi que para remediarlo y, por si acaso, yo le he bloqueado a el. Ea! (ya borre su numero de telefono la semana pasada y este no me lo se que es un numero extranjero muuy raro).

Y, a pesar de tanto bloqueo, borrado, escudo virtual y demas, cada vez que veo una bicicleta en el suelo o comida en la basura me acuerdo de el.

Monday, October 12, 2009

del salvaje bush a la domesticada surf coast por la gran carretera del oceano

Solo tienes necesidades en el alma
nunca en la intendencia ni en lo físico

Cuando mi mundo se andaba colapsando, tropezando en las mismas piedras de siempre, cayendo en los mismos errores de toda la vida. Cuando mi mundo andaba temblando, no tanto como la tierra bajo los pies de los habitantes de Sumatra o el grandioso oceano alrededor de Samoa. Tome carretera y manta, hacia lo desconocido, lejos del centro de mi caos, hacia el oeste hasta las montanyas para mas tarde girar rumbo al sur hasta la costa. Desconocido conducir en Australia, desconocido acampar en solitario en medio de los majestuosos eucaliptos que silban estruendosamente con el viento.

Las reglas son sencillas. Solo tomar carreteras secundarias. Nunca sobrepasar los 100 kms/hora. Silbar y cantar pues la radio aqui no funciona y mi tecnologia se reduce a cero (el reproductor de mp3 paso a mejor vida antes de partir y me empenye en no gastar dinero en comprar CDs en gasolineras).

Los 3 grados nocturnos que sufri en los Grampians las 3 primeras noches de esta pequenya aventura no me echaron atras. Caminar hasta el Pinnacle por rocas que parecen cerebros. El mio quizas? Caminar por impresionantes canyones bajo la lluvia y beber vino barato frente a la hoguera por la noche en un camp ground en medio del bosque. He de admitir que una de las noches sencillamente casi desisto, demasiado frio y demasiados ruidos no identificados ahi fuera.

El cuarto dia, tras atravesar de Norte a Sur los Grampians, llegue hasta uno de los extremos de la Great Ocean Road, el extremo occidental, dispuesta a recorrerla (en sentido contrario a la masa de turistas) de Oeste a Este. Un poquito mas alla, el paraiso, un mini pueblo en la costa llamado Princetown. Aquello, me parecio que era un wombat, dificil de saber a estas horas de poca luz. 

Y camine y camine por acantilados junto al bello oceano. En frente a muchos kilometros la Antartida. Todas estas playas, desiertas en esta epoca. Johanna Beach, Cliffton Beach, Bald Hill Beach. Todas estas curvas en la carretera. Me recuerdan a Euskadi o a Asturias. 

Conduzco lentamente, no porque quiera, que tambien, sino porque no hay muchas opciones. Ese ciclista es el mismo que he estado adelantando los dos ultimos dias. Parece que vamos al mismo rimo. Me encantaria asomar la cabeza por la ventanilla de la furgoneta y gritarle Guapo! -que es lo que haria en Espanya- pero aqui voy sentanda al otro lado de la carretera y probablemente provocaria un accidente mas que un bonito incidente a recordar por ambos, el pedaleador y la conductora.

Un grupo de koalas duermen placidamente en lo alto de las copas de unos eucaliptos en el camino al faro del Cabo Otway. Duermen y comen hojas. Ahi colgados. Dormir y comer eso es todo lo que hacen, mas o  menos lo que ando haciendo yo estos dias. Dormir, comer, observar y conducir. 

Y, sin quererlo, viaje de las profundidades del rainforest a la mas comercial, urbanizada, domesticada Surf Coast. El paisaje y el paisanaje cambian gradualmente. Ya no conduzco a traves de tantos arboles en los que colgarse a comer hojas y dormir la siesta, la carretera va mucho mas pegada a la costa en este tramo y tiene el tipo de curvas que parecen adorar las decenas de motoristas que han aparecido de la nada, out of the blue. Motoristas y surferos. (levanto las cejas y me sonrio de medio lado). Point Addis, Bells Beach. En Bells Beach, paro y rindo mi personal homenaje a Patrick Swayze; es en esta playa donde se rodo la escena final de Le llamaban Bodhi y donde anualmente se hace una de las competiciones mas importantes de surf del mundo. Desde aqui afuera no parece tan especial.

Terminar un poco mas alla, cuando la gran carretera del oceano, tan publicitada, ha finalizado ya. Terminar un poco mas al este, en Barwon Heads, otro pueblo fantasma en esta epoca del anyo con su maravillosa 13th Beach (agua congelada) y un molino de viento (mini).