Tuesday, May 13, 2014

correr o morir

Llega un día en la vida en que debes decidir qué tren quieres tomar y, una vez en él, no puedes pensar lo que ocurriría si tomaras otro. Hay que disfrutar a tope y aprovechar al máximo todo lo que nos ofrece su interior. No podemos conocer qué esconden los demás trenes, aunque nos despertemos muchas noches soñando que eran mejores. En realidad, la perfección solo existe en nuestro interior, en lo que creemos nosotros que es perfecto. Todos los caminos nos conducirán a un lugar distinto, pero serán nuestros pasos los que nos van a permitir encontrar más o menos chispas de felicidad en cualquiera de ellos.

Correr o Morir, kilian Jornet


Este invierno, de repente, perdí la noción de en qué tren iba montada y, especialmente, en qué dirección. Perdí la capacidad de frenar y me aceleré, cuesta abajo, hasta descarrilar estrepitosamente.

Al narrar esto, ahora que el tren ha vuelto a encarrilarse, las ruedas vuelven a estar sobre las vías, rodando, a su ritmo, imparables; conocidos y no tanto, me hacen preguntas y comentarios que no dejan asombrarme. ¿Cuándo te cogiste la baja? Como si estar de baja, fuera algo que una decidiera alegremente, bajo su única responsabilidad y por decisión propia. Como si no fuera, algo que acredita un señor o señora que han estudiado medicina y que son responsables de esa decisión. No, yo no me he cogido una baja, el médico me dio la baja porque era obvio, que no podía trabajar, ni ir a la compra, ni hacer la cama, en el estado en el que me encontraba.

Una vez aclarado esto, el comentario que sigue es qué se jodan!, como si esto fuera algo que yo hiciera contra alguien, mi empresa, y no algo indiscutiblemente necesario y que no hago contra nadie sino que hago POR mí, para poder seguir adelante.

Las palabras, a veces, sí son importantes, pueden crear realidades. Por eso, es importante, puntualizar.