Thursday, July 30, 2009

oscuros pensamientos




de vez en cuando, sólo de vez en cuando,
mis oscuros pensamientos no me dejan ver la claridad a mi alrededor.
son tan potentes que dan sombra a los que están a mi lado.

de vez en cuando, pero muy de cuando en cuando,
las tinieblas no dejan ver toda la luz.
una mordaza entorpece mi boca
un halo gris tiñe mis sueños.

de vez en cuando, no soy capaz de demostrar mis sentimientos
de forma adecuada y directa
y ante la belleza colindante lucho por salir a flote
pero no puedo.





pd espero que las chicas rieguen nuestros pensamientos para que broten luminosos como ellas





Wednesday, July 15, 2009

un tiempo con el sr wilson en la naturaleza

Al son de Pony Bravo, el Sr. Wilson me preguntaba mientras manejaba su camioneta con serena tranquilidad que qué tal llevo el blog. Un poco abandonado, le confesé. El Sr. Wilson con su caracterísitca parsimonia teñida de buen rollo sonrió y dijo algo reconfortante como de costumbre. Y le prometí escribir sobre él, claro.

Pasar unos días en la naturaleza donde lo único que hay que hacer es tumbarse al sol o a la sombra, nadar y, como mucho en un ejercicio de intelectualidad, leer el libro que llevas arrastrando meses sin terminar de cogerle el gustillo; pasar unos días a la bartola ayuda a alejarse del centro de uno mísmo, a tomar distancia, a desconectar.

Ayer llegué tarde a trabajar, con la mochila a cuestas, una esterilla verde bajo un brazo y un saco de dormir bajo el otro y, de repente, todo tenía un cariz distinto. Estos últimos días han sido de noticias y de jaleo, jaleo como sólo el verano es capaz de imprimir a la rutina cotidiana.

Decía el Sr. Wilson sobre una roca bajo el duro sol de mediodía que no hay que crearse expectativas acerca de nada. Pensamiento muy budista y meditatitvo. Es difícil conseguirlo de todos modos. Cualquier cosa, evento o persona nos genera un apego o rechazo y eso conlleva una aversión o un deseo. Cuando la realidad no se ajusta a nuestras aversiones o nuestros deseos, nos desilusionamos, decepcionamos, frustramos. Es difícil ver las cosas tal y como son, sin querer dotarlas de un significado, de una connotación, de un más allá, sin querer atraparlas o alejarlas de uno mismo.

Por la noche en el teatro, en esos tiempos muertos, en los que el trapecista da paso a los payasos, me comentaba una compañera que claro siendo Virgo, era maniática, organizada, escéptica, racional y que lo había pasado muy mal. Todo el mundo lo ha pasado mal, respondí apresurada. Ves como eres una escéptica. Cuando le pregunté sobre mi futuro no supo qué contestarme así que dí media vuelta dirigiéndome hacia la barra principal y me encontré allí a nuestro saxofonista, excitado como un niño pequeño, contándome que el camarero, Simón, había sido novio de la biznieta de Adolphe Sax. Miré a Pedro y al susodicho Simón y con cara perpleja pregunté ¿y quién era ése? Tan sonoro apellido no había hecho sonar ni una campanilla en mi cabecita. El inventor del saxo! me contestó Pedro, profundamente impresionado porque la vida le hubiese brindado la oportunidad de conocer a un descendiente del instrumento que toca y ama. A mi, me impresionaba más el hecho de que Simón fuera en bici a trabajar por medio de la locura de ciudad en la que vivimos. Al volver al backstage, a la zona de regiduría, un artista de cabello ensortijado, pelo en pecho y con tirantes, así es el circo, me preguntaba lleno de curiosidad que porqué el técnico francés llevaba siempre gafas de sol fuera la hora que fuera.

Creo que echaré de menos esta locura veraniega cuando esté despegando hacia Australia. Creo que estas historias mínimas son las que llenan de color la vida de uno. Creo que el Sr. Wilson tiene razón y que el pasado, aunque nos refiramos a hace cinco minutos, no está y nunca volverá. Creo en los actos más que en las palabras. Creo que todo irá bien. Creo que tendré un nuevo sobrino o sobrina maravillosa. Creo que a pesar de ser Virgo no soy tan escéptica.

Sunday, July 12, 2009

Friday, July 10, 2009

de rozar el limbo y compartir las profundidades del abismo

“Si no puedes ser pino de cumbre,

sé la mata del valle, la más linda

de las matas que van junto al arroyo;

sé el arbusto, si el árbol está arriba...

...tripulantes, sino capitanes,

que un lugar siempre guardamos en la vida.

Hay que hacer cosas grandes y pequeñas,

...pero siempre ha de hacerse la mas chica.

De no ser camino, sé el sendero,

sino el sol, sé la estrella que titila,

no busquemos tamaño en la pelea,

sino, ser el mejor en nuestras filas.”

Malloch


Hace días que me levanto con aquella canción de Abba que bailamos como locos en Granada. Hace días que me acuesto tarde y amanezco cansada pero contenta. Hace días que ando un poco desconcertada y desconcentrada. Hace días que llegó la sensación a la boca del estómago, ésa que te hace ir al baño cada dos por tres sin que en realidad tu cuerpo lo necesite. Hace días que veo señales donde no las hay, que veo fuego donde ni siquiera hay humo.

Esta mañana, tras los enredos de estos últimos días, esta mañana somnolienta de reconocimiento médico (físico) me enamoré, de nuevo, de personas vistas y revistas. Entre un café y un par de porras, R desgranó sus miserias frente a nosostros, sus espectadores inexpertos e ignorantes ávidos de su conocimiento y experiencias.

He rozado el limbo con mis dedos y también el infierno, admitió. Pero el limbo no se puede comprar y si se logra acariciar levemente, más tarde que temprano se desvanece entre los dedos. Ahora R desmiga sus miserias, defectos e intimidades con un grupo de gente anárquica que le escucha y no le juzga, que comparte sus mismas diatribas o muy similares, gente con la que puede contar día y noche y que rozó el limbo y el infierno tantas veces como él mismo. Compartir a este nivel las oscuridades del alma propia es el mejor bálsamo para las heridas.