Wednesday, September 24, 2014

todo se transforma

El vino que pagué yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino,
y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato
sobre el que caería el vino.

Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandalias planas
que compraste aquella vez
en Salvador de Bahía,
donde a otro diste el amor
que hoy yo te devolvería......

Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.

Todo se Transforma, Jorge Drexler






Compré aquel libro, Things The Grandchildren Should Know, movida por un artículo leído un año atrás en un periódico de tirada nacional. Me llamó la atención lo que decían de él y de su autor. Cómo un libro de un músico independiente se había convertido en best seller bajo la sección de Autoayuda de los grandes almacenes norteamericanos.  

Lo encargué en el idioma en el que fue escrito por su autor, inglés, en una librería del centro de Madrid y, simplemente, lo olvidé, allí entre libros en francés, alemán, catalán...

Un año después cuando conseguimos cerrar el concierto de Eels en el Price, que costó Alá y ayuda, me acordé que había encargado el libro para luego olvidarme de él completamente. Retomé el asunto. Obviamente, el primer ejemplar había sido vendido, un año antes.  Encargué otro. Esta vez, lo recogí y lo pagué. 

Los avatares de la vida cotidiana hicieron que no comenzara su lectura y lo llevara conmigo a las montañas, a principios de agosto, a mis adorados Pirineos. Allí, por exactamente la misma razón, ni abrí su portada en 15 días. 

El día de regreso a la civilización, en una destartalada furgoneta con el hombre del bosque al volante, el libro pasó de mis manos a las suyas, porque no podía ser de otra manera. Demasiadas casualidades, demasiadas coincidencias, como para que no acabara en su mochila aunque yo no lo hubiese leído. 

Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da. Anoche, el libro volvió a mis manos por otra vía. Nada se pierde, todo se transforma.

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