Thursday, August 13, 2009

viajar expande el tiempo

Decia Graham Greene que viajar expande el tiempo. Llevo diez dias de este viaje y parecen meses. Desde donde me encuentro, Madrid queda tan lejos, lejisimos, fisica y emocionalmente. Los ultimos dias en Madrid, el ultimo mes, fueron intensos. Un mes intenso, lleno de caras nuevas, bien regado de alcohol y cubierto de sentimientos a flor de piel. Desde donde estoy, todo parece que ocurrio hace mucho, mucho tiempo.

Western Australia, el estado en el que me encuentro, es la quietud, la tranquilidad, una vinyeta de Shaun Taun, silenciosa y enigmatica a la vez. Llegue a Perth a las 6 de la manyana de un dia cualquiera, no importa la fecha, aqui es invierno. La ciudad se expande desde la confluencia de sus dos rios hacia el infinito. Sus suburbios se dibujan suaves contra el maravilloso cielo azul claro. Cuando llegas al centro, todo cambia. En un pequenyo espacio de tierra, los locales parece que han querido construir un pequenyo Manhattan, edificios que en cualquier otro sitio no merecerian tal denominacion, se convierten en Perth en rascacielos por el contraste con el resto de construcciones de un unico piso. Los trabajadores de las oficinas, vestidos de un uniforme negro en sus diferentes variantes -faldas, trajes- se afanan por las calles de la ciudad en obras con sus identificaciones colgadas al cuello en busca de un cafe Take away, please de la cafeteria mas cercana. Mi preferida, Kosta's Cafe, un local llevado por una familia griega que estalla de vida a las 7 de la manyana y regala a sus clientes un fantastico cafe acompanyado de los periodicos del dia.

Abandone Perth a las 8 de la manyana de otro dia cualquiera, un par de dias mas tarde, abordando un autocar que me llevo tras doce horas de viaje (870 kms) a Denham, la localidad mas al oeste de este vasto continente. Denham es un pueblo con un par de supermercados, 4 parkings de caravanas y un mundo submarino espectacular. En las aguas de la bahia donde Denham se encuentra, Bahia Tiburon/ Shark Bay, hay tiburones tigre (una de las 3 especies mas peligrosas para los humanos), tortugas, mantas, dugones, delfines, ballenas... Un mundo. En esta bahia, patrimonio de la humanidad, se entremezclan las calidas aguas tropicales provinientes del norte con las frias aguas del polo sur. Esto, al parecer, le gusta a muchos animales. Nadar en estas aguas maravillosamente cristalinas es un deporte de riesgo.

Estas aguas dan tambien cobijo a una granja de perlas donde estuve trabajando por un dia. A cambio de mi trabajo, comi ostras que yo misma recogi de las redes que cuelgan en el mar y conoci a dos personajes de la localidad, Tom y Rob, dos fornidos australianos que trabajan desde las 8 de la manyana hasta las 15:00 recogiendo, limpiando y volviendo a poner en el aguas las ostras de las que tras 11 anyos se podran sacar las valiosas y carisimas perlas que luego venderan en la plataforma donde esta la granja o en su pequenya tienda en Denham.

1 comment:

Andreilla said...

Me encanta la "anécdota ostril". En Senegal y en Vietnam visité muchas granjas, pero sólo llegué a probarlas en una islita de Hiroshima.... y lo pagué caro: gastroenteritis fulminante en el tren bala de turno. Poco glamuroso, admito. Lo tuyo suena estupendo, sin embargo.

Uno de los blog que tengo linkados es el del amigo al que voy a visitar en Melb a finales de octubre. Se llama igual que la novela de Houellebecq ("La posibilidad de una isla")y sus historias australianas son muy diferentes a las que cuentas tú, pero de alguna forma extraña comparten un aroma común.... es muy gracioso leeros!.

Suertuda.