Friday, June 08, 2007

de cosas absurdas que nos pasan cada día

El operador de telefonía móvil donde tengo contratada mi línea de teléfono ha lanzado una super promoción, de la cual me ha informado, hace una escasa hora un tal Javier.
Javier muy amable y solícito me ha llamado y por un período de 10 minutos me ha enumerado las alabanzas de un terminal de última generación con el que creo recordar que se puede ver la televisión, hacer la colada, escribir cartas, escuchar música ... y no sé cuántas cosas más.
He dejado a Javier hablar y hablar y llegar al punto en el que explican por qué una megaempresa que sólo piensa en su propio beneficio me iba a regalar a mí (que no soy una gran cliente) un teléfono carísimo. Sólo tiene que comprometerse a permanecer con nosotros otros 18 meses. 18 meses. Un año y medio. ¿Cómo puede una empresa pedirte un compromiso de tal calibre a cambio de un trasto? Un trasto caro, eso es cierto.
El caso es que le he contestado a Javier que yo no uso todo eso que me has dicho y no lo quiero. Estoy muy feliz con mi móvil desde el que sólo se puede llamar y recibir llamadas.
He de admitir que no le he contado a Javier toda la verdad. ¿Cómo voy a comprometerme a algo que no sé si podré cumplir? ¿Cómo voy a saber dónde voy a estar y qué voy a estar haciendo dentro de 18 meses? ¿Porqué me habría de comprometer a algo así a cambio de un teléfono si ya tengo uno que funciona estupendamente? ¿para qué necesito yo todas esas cosas?

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