Tuesday, November 29, 2005

a letter to a maria

Hola sería un buen comienzo para una carta amigable y cortés y, sin embargo, hola es una palabra vacía y ridícula para un inicio de una comunicación contigo. Aquí estoy a 5000 kms de distancia. Donde todo es extraño y singular me siento como siempre y tranquila.
India recibe a todos sus visitantes con una mano extendida en señal de petición y unos ojos oscuros y profundos, retando lo más profundo del alma humana, de mi alma humana. Olores, sonidos, humos, sarees se confunden entre los millones de rickshaws y bicicletas en sucias calles contaminadas.
Alerta, atención constante. Non stop, nunca dormirse, siguiente autobús, próximo tren, un chai y vuelta a empezar.
Maravillas de remotos pasados se asoman a un cielo siempre plomizo como queriendo demostrar que existe una India increible, una India maravillosa, una India que merece un hueco en el mundo, no en la sección de ¨desastres y defunciones¨ si no en la de ¨cultura y actualidad¨. Difícil, me parece muy difícil que eso pueda ocurrir. Todo en India parece aquilosado como las gordas señoras que tapan sus vergonzosas carnes bajo brillanes sarees de seda.

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