La verdadera patria del hombre es su infancia
Rilke
La primera parte de esta guía, escrita allá por el lejano mes de noviembre, surgió después de un encuentro fortuito y furtivo con mi adorado poeta casado. Encuentro en una angosta calleja malasañera y, guía, promovida por cierto personaje que trabaja cerca de tal ilustre literato emparejado.
Esta guía se ha visto enriquecida meses después gracias a la inestimable colaboración de A. que, aunque lejos físicamente de este epicentro argüellano, mantiene cerca, muy cerca, su corazón de niña. Valga de nuevo este post para dar unas sencillas notas sobre el barrio de Argüelles, en el que quizá nos volvamos a encontrar en un futuro no muy lejano.
Para empezar, no deje usted de tomarse un helado en "Los Alpes", aunque sea invierno, y su delicada, fracturada voz no se lo aconseje.
Para conocer el paisanaje de este ilustre barrio, es im-pres-cin-di-ble entrar en la farmacia de al lado de la tienda de lanas, aunque no necesite usted medicamento alguno. Simplemente por comprobar como anota A. que la dependienta de pelo rubio y rizado llama a TODOS sus clientes cariñito, cielito y amorcito, sin dejarse uno solo y compuebe por sí mismo si es usted capaz como A. y servidora de resistir la pulsión interna que le ordena asesinarla.
De camino a su hotel, dirija sus pasos al menos una vez al "Narizotas" que siempre da la bienvenida con un televisor encendido y pop del malo, pero es un estandarte del barrio.
Finalmente, en los bajos de su morada provisional, eche una ojeada al mercado que huele a impostura. Es como los barbudos actuales que pueblan Malasaña, falsos guapos, si alguien les afeitara nos daríamos cuenta de la cruel realidad y es que son FEOS.
PD: Las palabras en cursiva han sido extraídas íntegramente de un mail dirigido a mi persona y no he podido resistirme en compartirlas.
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