Nada puede saber a sal sino tú, enredada entre tanto levante, con mar azul de fondo y la sospecha de que, más allá de todo Atlántico, nos espera la noche de los tiempos, el rumor de los astros y un leve presagio de la felicidad. M
Si me dijeran que es absurdo hablar asi de quien nunca existió, respondería que tampoco tengo pruebas de que Lisboa haya existido alguna vez, o lo que yo escribo, o cualquier cosa, sea lo que fuere.
3 comments:
Nada puede saber a sal sino tú,
enredada entre tanto levante,
con mar azul de fondo
y la sospecha de que, más allá de todo Atlántico,
nos espera la noche de los tiempos, el rumor de los astros y un leve presagio de la felicidad.
M
Si me dijeran que es absurdo hablar asi de quien nunca existió, respondería que tampoco tengo pruebas de que Lisboa haya existido alguna vez, o lo que yo escribo, o cualquier cosa, sea lo que fuere.
Fernando Pessoa
o estambul, es lo primero que pensé al ver la foto, y como eres una caja de sorpresas pensé que quizá andabas por esas latitudes.
Un beso de la bruxa
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