El fin de semana pasado estuve con un grupo de amigos a los que hacía mucho que no veía. Unos cuántos tienen blogs y así estamos más o menos al día pero, en general, a ninguno le había visto como mínimo en un par de años. Este tiempo y mis pequeñas peripecias por el mundo han provocado que los susodichos me hicieran fatídicas preguntas durante todo el fin de semana, del calibre de las siguientes:
1) ¿Qué tal tus viajes?
2) ¿A qué conclusiones has llegado?
3) ¿Cuáles son tus planes ahora?
Quizás a cualquier otro le parezcan preguntas sencillas y lógicas pero a mí me parecen auténticas bombas a los cimientos de mi alma. En primer lugar, no se pueden resumir tantos días, meses, vivencias... en una sola respuesta porque inevitablemente ésta será una respuesta simplista y reductora, vacía en sí misma de contenido e información, de hecho, la respuesta a la primera pregunta acabó siendo un absurdo "Muy bien", como el que responde al camarero que, atento, pregunta acerca de las viandas que uno acaba de ordenar y devorar.
En segundo lugar, conclusiones he llegado más bien a pocas, quizás la certeza de haber perdido todas las respuestas que alguna vez creí poseer a algunas de las grandes y simples cuestiones de la existencia. El Sólo sé que no sé nada.
En tercer lugar, nunca he tenido planes y, por el camino por el que voy, no creo que nunca los tenga, ni me vaya a poner a estas alturas a delimitar planes ni mapas de mi existencia. Son inútiles, siempre acabo rompiéndolos en pedazos en momentos de profunda agitación mental. Así que... ¿para qué tenerlos?
Me da la sensación de que no he hecho todos esos kilómetros que os conté, ni he conocido todas esas personas que os narré, la experiencia de repente se empeña en desaparecer y dejarme huérfana de la sabiduría necesaria para poder enfrentarme a otro día conmigo misma, aquí.
4 comments:
bueno mónica yo creo que no te di la brasa demasiado, al menos eso espero :)
como respuesta a los supuestos preguntadores yo me atrevería a dar una pero desde otro lado
Estuve hace tiempo en un cursillo de reportaje de Koldo Chamorro, excéntrico, también viajero. Nos saco a la calle a fotografiar a la gente del mercado al lado de casa. Salio el tema de que "jobar, es que al lado de casa hemos hecho cientos de fotos, es que en fiestas de san fermin esta todo hecho, es que siempre fotografío lo mismo, como vamos a hacer buenas fotos aqui si no hay nada nuevo.........". Cuando terminamos de visionar todo nos dijo que si no sabiamos hacer fotos a la puerta de nuestra casa de nada servía irse a ningún otro sitio a hacerlas mejor.
javier h.
Pos claro, siempre uno es el mismo alla donde vaya....
Este post lo que quiero decir es que yo soy el problema no las preguntas!! Tu no me diste el coñazo nada de nada, nadie lo hizo..... .-)
"Me da la sensación de que no he hecho todos esos kilómetros que os conté, ni he conocido todas esas personas que os narré, la experiencia de repente se empeña en desaparecer y dejarme huérfana de la sabiduría"
Es que el pasado me temo que no existe más que como recuerdos que realmente nada tienen que ver con el pasado, sino con el presente. que a su vez es lo único existente. la memoria extrae imagenes pero no son de un pasado espacioso del cual pudieramos sacar una imagen de la experiencia, como tajaditas de tiempo y recuperarlo. eso es una imagen de la ciencia y de la física. Pero para nuestra conciencia, más bien es una virtualidad que es como un bolo que esta en el presente y que constituye nuestra historia personal. A mi me ha pasado miles de veces con las imagenes de la gente que soy incapaz de recordar y produce angustia.
la única vez en que el tiempo se quita la máscara de espacialidad es en el sueño. Pero la vida (contrariamente a lo que pensaba el poeta) no es ningún sueño es cruelmente real.
pero estamos atrapados por las imagenes; con ellas no se puede pensar y sin ellas tampoco.
javier h.
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