Después
de un tiempo,
uno
aprende la sutil diferencia
entre
sostener una mano y encadenar un alma.
Y
uno aprende...
que el amor no significa acostarse
y una
compañía no significa seguridad.
Y
uno empieza aprender...
Que
los besos no son contratos
y
los regalos no son promesas.
Y
uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos
abiertos.
Y
uno aprende...
a construir todos sus caminos en el hoy,
porque
el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes,
y los
futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y
después de un tiempo uno aprende...
que
si es demasiado, hasta el calor del sol quema.
Y
aprende...
a plantar su propio jardín y decorar su propia
alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y
uno aprende...
que
realmente puede aguantar,
que
uno realmente es fuerte,
que
uno realmente vale.
Y
uno aprende y aprende...
y con cada adiós uno aprende.
[…]
Y uno aprende...Jose Luis Borges.
El domingo pasado Zoe llorando y abrazándome bien fuerte se despidió de mí a la voz de Tía Moni: ¡Llévame contigo a Australia! Convirtiéndose, así, en mi persona favorita de mi lista de humanos favoritos del planeta. No es sólo por esto, claro, Zoe me encanta desde que hace 6 años mi hermana pequeña tuvo a bien ponerla en este mundo. Es una tía maja, bonita, divertida y buena y además me recuerda tanto a mi de niña Ha sido la única que me ha hecho dudar por un breve espacio de tiempo de mi decisión.
Pero sólo por un breve lapso de tiempo. Me voy y me voy contenta. Contenta de que una gran amiga quisiera compartir el notición de su segundo embarazo conmigo cuando todavía las leyes de la razón exclaman a gritos que sea prudente y no lo cuente. Contenta de que el Sr. Música y yo hayamos conseguido encontrar ese punto de equilibro tan maravilloso cuando, de repente, las tensiones se han disuelto y hablas y compartes con tranquilidad y naturalidad, desde el punto vital en el que cada uno está en su vida. Contenta de que Gori y Juancho se vayan a vivir juntos, que Yayi haya vuelto a la cancha de la vida laboral, que Davizón haya vivido un maravilloso amor pasajero, que Sara, la Alegría, por fin haya unido todas las estrellas del cielo, hasta ahora inconexas, y haya visto la constelación. Vamos, pa'lante! Eres grande!. Contenta de que Morla se equivocara de dia y apareciera ayer por la tarde de sorpresa y sin pre aviso en mi puerta, para despedirse de mi. Contenta de que Ley, este contenta y en la buena direccion. Contenta de saber que estáis ahí o mejor dicho, aquí, dentro de mí. Con cada adiós, una aprende.
Bueno, tampoco todo es perfecto... no nos vayamos a engañar....
Sabéis cuando conocéis a alguien y os causa curiosidad? Cuando le miráis de un modo especial? Cuando, de repente, un día empezáis a pensar que esa persona os mira de la misma manera a vosotros y otro día, sin venir a cuento, os envalentonáis y le mandáis un mensaje y responde. Mandáis otro y vuelve a responder. Entonces, claro, os montáis la película. Y un día os decís a vosotros mismos: Moni, tienes 40 años y te vasa la otra punta del mundo, literalmente . ¿qué puede pasar?
Pues, lo que puede pasar, desde aquí os lo digo, es que te lleves en la mochila una calabaza, bien grande y sabrosa. Pero, claro, como dice mi primo Borges, con tu calabaza me hago yo una tortilla bien rica y sabrosa, porque con el tiempo una empieza a aprender a aceptar sus calabazas con la cabeza alta y los ojos abiertos.