Tuesday, October 23, 2007

microcosmos

Este texto llegó esta mañana a mi mail, venía de una buenísima
amiga y me emocionó.

Ella, como yo, también piensa que las palabras y la poesía
pueden cambiar el mundo...

Ayer comencé a dar las clases de medio ambiente, y
todos los nervios sobre mi supuesta capacidad como
profe, como comunicadora, pasaron a segundo plano al
ver el escepticismo y el pesimismo de mis alumnos, que
no son más que un pedacito de la sociedad en la que
vivimos. Se conforman con todas las pautas de
consumismo y de modo de vida que les imponen las
multinacionales, la televisión... y creen que esto es
así y ya está, que no pueden cambiar nada, que todo es
demasiado complicado, que ellos como individuos no
pueden hacer nada, que el hombre es malo por
naturaleza, que no vamos a parar hasta que no
arruinemos el planeta por completo. Y todo esto lo
decían chavales de mi edad, un pelín más jóvenes, un
poquito más mayores... y me ha dado una tremenda
tristeza, ayer salía de la clase muy triste, ya no me
importaba si lo había hecho bien o mal, pensaba en
ellos, en cómo poderles dar un poquito de esperanza,
en cómo decirles que el tener un móvil último modelo
no es lo mejor que te puede pasar en la vida, que
empezar a decidir esto lo compro, esto no, esto lo
uso, esto no...decidir es lo que te hace libre y que
puedas ser dueño de tu vida, pero implica
responsabilidades, tener criterio y cambiar hábitos
muy arraigados, y es más fácil dejar que todo lo
decidan por ti, pero así nunca vivirán su vida con
plenitud. Sobre temas de medio ambiente, puedes optar
por ir en autobús en vez de en el coche, puedes
reciclar la basura de tu casa, puedes
economizar en calefacción y en agua, son tus
decisiones, es un compromiso, no mires si lo hace o no
lo hace el vecino, estamos hablando de ti y de tu
vida. ¿Cómo les puedo decir todo esto? ¿Cómo decirles
que confien en los demás, que confien en ellos, que
pueden cambiar las cosas?, que las fábricas y los
gobiernos están compuestos de personas como ellos que
quieren y tienen miedo, y se rien, y lloran...no son
macroentidades con voluntad propia que nos gobiernan a
los seres humanos.

Ayer me daba cuenta de que vivo en un microcosmos, en "mi
mundo", pero que la mayoría de la gente no es como yo
ni como la gente que quiero y con la que intento
rodearme y estar en contacto. Por un lado estoy
contenta con el "mundo" que he creado a mi alrededor,
monitores de medio ambiente, aventureros,
inconformistas, soñadores, viajeros..., ahora me doy
cuenta de lo afortunada que soy de poder contar con
todos vosotros, pero ayer era la bofetada en la cara
de la realidad, que es otra bien distinta a la que
yo vivo, y no puedo desmayar, porque también este
trabajo lo tengo que hacer yo, yo, que creo que las
cosas pueden cambiar porque conozco a personas
maravillosas que sé que lo hacen cada día, así que
esta noche de nuevo ¡a por ellos!.

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