Monday, March 12, 2007

metro underground

El viajero que llega por vez primera a Madrid se encuentra una ciudad soleada y friolera, urgente, con prisas, como que llega tarde a algún sitio. El cielo del Madrid de los últimos días de invierno es de un azul celeste poblado de infinitas nubes blancas. Uno puede pensar cuando se asoma por la ventana para ver qué día hace, que la temperatura exterior es veraniega, de tan claro que el cielo está, pero no ha de dejarse engañar y ha de coger abrigo y bufanda para cada aventura en el exterior.

Una vez sale a la calle poco tarda el viajero en volver a penetrar en recinto cerrado, autobuses, coches, taxis, pero, sobre todo y ante todo, los vagones de tren del metro, sin duda alguna, el medio de transporte más económico y rápido de la ciudad. El metro de Madrid tiene sólo un inconveniente, que es subterráneo y, lo que gana en tiempo, el viajero lo pierde en belleza, pues desde el vagón del metro no se ve el sol.

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The traveller who arrives in Madrid for the first time, finds a sunny and cold city, urgent, in a hurry, as if it´s running late for something. The sky of the last winter days in Madrid is sky-blue crowded with infinite white clouds. One could think by looking out of the window that the temperature outside is summery since the sky is so clear, but one must not be fooled and one must take the coat and scarf in every outside adventure.
Once the traveller sets foot on the street it takes not too long to get into another closed place, buses, cars, taxis, but, first and foremost, the underground, the cheapest and fastest means of transport in the city. Madrid´s underground has only one inconvenience, it is underground and what the traveller saves in time, loses in beauty, because from the underground wagons you can not see the Sun.

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