Friday, November 17, 2006

el imperio de los sentidos / the empire of the senses

Mi vida transcurre al compas de mis sentidos, todo a mi alrededor, mas que nunca, baila al son de mis percepciones...
Aquella bocina que suena a lo lejos es el vendedor de fruta fresca. Pinya, sandia, papaya, mango y mil frutas tropicales cuyos nombres soy incapaz de recordar ni repetir.
La cancioncita del vendedor de helados (juraria que esta sincronizada con los pedales de su bicicleta) que siempre pasa a la misma hora: con el canto que llega desde los minaretes al mediodia desde todos los rincones de la ciudad, como reverberado, canto que se repite mas tarde, justo antes de comenzar mis clases, a las tres, y con la caida del sol, a las seis. Ya no uso reloj.
El sonido de un coco golpeando una madera anuncia a lo lejos leche de coco y dulces.
El olor que percibo es el de la fabrica de caucho, dulzon y amargo a la vez, mezclado con el de las buganvillas y los framboyanes en flor.
Y veo miles de coches, motos y bicicletas a los que sortear con agilidad y rapidez para no ser arrollada cada dia de camino a la escuela, en mi fragil y destartalada bicicleta. Deporte de riesgo. Cualquier norma de trafico, antes venerada y practicada con asiduidad, cae en el olvido cuando cada dia me monto en mi bici para ir a trabajar. El sentido comun no funciona en las carreteras y calles indonesias, las tres normas basicas de funcionamiento son:
1) El primero que llega es el primero que pasa.
2) Si soy mas grande tengo prioridad.
3) Yo no paro nunca, los demas ya me veran.
Todo esto aderezado con unos cuantos potentes golpes de claxon.
Y toco y pruebo cada dia manjares deliciosos.
Comiendo con las manos todo sabe mejor.
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My life goes by at the rhythm of my senses, everything around me, more than ever, dances at the sound of my perceptions...
That horn that sounds far away is the fresh fruit vendor. Pineapple, watermelon, papaya, mangos and thousands of tropical fruits whose names I'm unable to recall.
The ice cream seller's tune (which I'd swear it is synchronized to the rhythm of his pedals) that always passes by at the same time: with the chant that arrives from the mosques at noon from all the corners of the city, reverbed, chant that is repeated later, just before I start my classes, at three and at dusk. I don't wear a watch any more.
The sound of a coconut drumming a wood foretells coconut milk and sweets.
The smell I perceive comes from the rubber factory, sweet and sour, mixed with the one from the bougainvilleaes and bloomed framboyans.
And I see thousands of cars, motorbikes and bycicles to which I have to get round with agility and rapidity in order to avoid being run over on my way to school every day, on my fragile ramshackle bike. Any traffic regulation way back followed and worshipped is forgotten when I go on my bicycle every day. Common sense does not work in the Indonesian streets and roads, the three main rules are:
1) The first one is the first to go.
2) If I'm bigger i have priority.
3) I don't stop ever, every one else will do.
And I touch and eat the most delicious foods every day. Eating with your hands everything tastes better.

2 comments:

  1. Coño después de leer un montón de historias en tu blog, he caido en la cuenta de que te puedo mandar el mensaje aquí además del mail....lo mío es la tecnología.
    En fin, que veo que estás en tu salsa con tu bicicleta que tiempos los del 205 de Udial.....besos guapa.
    Sara (de Castro por si hay confusiones)

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  2. Esta es mi amiga! Fiera que eres una fiera de la tecnologia!

    Un beso muy gordo

    (gracias por la aclaracion)

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